ENTRE INCISIONES Y CIRCUNCISIONES

…del silencio al recreo en tinieblas, del silencio al descanso eterno sin escalas y con alas de cristal…Alas de cristal que brillan en tinieblas van dejando su rastro, van dejando momentos de descanso a cualquier alma agotada con una vida alborotada, desgastada, ofendida y muy mal herida…Así es como el silencio agota las heridas, así es como el silencio se ampara de una alma herida, así es como el silencio limpia la sutura, así es como el silencio sus manos apura…Humeando como un tren, como el “last train home” de Pat, así humea la herida cuando es atendida entre los carriles del silencio que humean incienso…Los carriles del silencio prestos están a la herida viajera que se detiene para ser atendida, a llegado a la estación de la sutura donde el silencio la anestesia aunque la herida sea necia y desprenda dolor y dolor que arrecia…El silencio anestesia a tientas en la oscuridad del viaje, guiado únicamente por luciérnagas enfermeras en camillas de cerillos e instrumentos de recuerdos con algodones de desdicha y remordimiento…El tiempo apremia a la herida, la vida premia al silencio, los algodones empapados de desdicha están, escurriendo en remordimiento, mezclándose con lagrimas del ayer o del dulce anteayer…Las tinieblas testigos son de la circuncisión, testigos de la incisión, son testigos mudos y ciegos que atestiguaran si la herida aun supura, si el silencio se apura, si entre el ayer y el hoy hay ruptura…La incisión se complica entre heridas y mentiras que el alma acurrucado entre desdichas y dichas, hoy el silencio optara por hacer un remiendo al remordimiento, a limpiar la llaga del dulce ayer o amputar el infectado anteayer...El bisturí ejecuta incisiones y circuncisiones como pan de cada día, heridas prestas a ser atendidas, manos prontas a ser diligentes sin mirar el rostro de la gente sin emitir juicio alguno, ya que en esta historia el protagonista podría ser uno…